Cuadros con rayas podría ser simplemente una entrada mas del blog. Pero pienso que tiene que ver mucho con mi manera de pensar, así pues será la primera entrada explicando el nombre del blog.
Hay algo que me choca mucho en mi, y es cuanto choco yo con los demás. Es como ese tío que se metió en la carretera indignadísimo, esquivando coches que se le venían encima, mientras escuchaba en la radio que un loco se había metido en dirección contraria en la autopista y el pensaba "solo uno?". Hay se acaba el chiste, sin que nadie se pare a pensar en el pobre hombre, en dirección contraria, convencido de que su situación es inexplicable y que jamás de los jamases se habría imaginado en aquella situación, nada mas y nada menos que en una carretera en la que todos iban en sentido contrario. Por ahí ando yo, esquivando coches, guiándome por señales, que ante tanto coche en sentido contrario me hacen replantearme una y otra vez si no habrá puesto alguien ahí esas señales para que yo vaya en sentido contrario. Dudando de todo mientras solo la fe en mis creencias permiten que siga pisando el acelerador.
Y por que cuadros con rayas? Pues por que es otra cosa en la que yo choco. Llamadme raro, me da igual, ya lo se, pero yo soy de esas personas que no le duelen los ojos cuando ven cuadros con rayas. Recuerdo el verano pasado, por poner un ejemplo, que yo me puse unos piratas azules a cuadros a los que les tengo mucho aprecio. Por otro lado, una camiseta que me regalo un colega, de rayas y colores azul marino y rojo.
Pues bien, quedo con unos amigos/as y paso yo a por una amiga. Ese día me puse ambas prendas, y no, no era consciente si quiera de haber conjuntado cuadros con rayas. Pero no pasaba nada, por que allí estaba una buena amiga, llamémosle Marga, para recordármelo. Lo primero, cuando entro al coche me miro con cara de sorprendida... yo evidentemente comencé a preocuparme ipso facto.
-Que ocurre? Te has dejado algo? Habla chiquilla, di algo!!
-No me lo puedo creer, tío!! Donde vas así?.
En ese momento comienzo a mirarme de arriba a abajo, buscando una respuesta a la preocupación de Marga.
"Yo flipo contigo" Juraba Marga mientras yo le miraba como un alumno que no se esta enterando de nada.
-Vamos a ver, no puedes llevar cuadros... y rayaaaaaaas!! Es anti-todo!! Vete a tu casa a cambiarte ya!!
Su reacción fue desmesurada incluso para quien no tolera ver cuadros con rayas y por supuesto, teniendo en cuenta que a mi no me molestaba, no fui a cambiarme, pero eso no era todo lo que me esperaba.
Total que llegamos al pub donde estaban todos, serian sobre las seis y había un buen atardecer, se estaba bien en la calle y me encontraba bien, y comenzaron los saludos, comentarios y temas de conversación, que pronto se verían reducidos a mi vestuario.
A Marga no le parecía bien que fuera por ahí ignorando que llevaba algo que no estaba bien visto, sin embargo me desesperaba que no ampliara su perspectiva hasta mi posición, en la cual me encuentro yo cara a cara con la indiferencia de cualquier crítica que no sea constructiva. Me desesperaba el orden de prioridades de sus relevancias y que no fuera capaz de darse cuenta de algo tan sencillo, como que a mi me da igual si no se lleva, si se considera feo o si puede servir de pretexto para etiquetarme, la cuestión y lo que importa de todo esto es que a mi no me supone ningún sacrificio ir así si me gusta, sin embargo debo sufrir las reticencias de la gente, que paradójicamente, hacen lo que hacen mirando por mi. Y si esto no lo llevo bien, se convierte en un sacrificio innecesario, que muchas veces nos llevan a cesar en nuestras convicciones.
Así pues, por esto llevo cuadros con rayas, por que entre otras cosas considero que si no soy yo, no soy nadie.
Hay algo que me choca mucho en mi, y es cuanto choco yo con los demás. Es como ese tío que se metió en la carretera indignadísimo, esquivando coches que se le venían encima, mientras escuchaba en la radio que un loco se había metido en dirección contraria en la autopista y el pensaba "solo uno?". Hay se acaba el chiste, sin que nadie se pare a pensar en el pobre hombre, en dirección contraria, convencido de que su situación es inexplicable y que jamás de los jamases se habría imaginado en aquella situación, nada mas y nada menos que en una carretera en la que todos iban en sentido contrario. Por ahí ando yo, esquivando coches, guiándome por señales, que ante tanto coche en sentido contrario me hacen replantearme una y otra vez si no habrá puesto alguien ahí esas señales para que yo vaya en sentido contrario. Dudando de todo mientras solo la fe en mis creencias permiten que siga pisando el acelerador.
Y por que cuadros con rayas? Pues por que es otra cosa en la que yo choco. Llamadme raro, me da igual, ya lo se, pero yo soy de esas personas que no le duelen los ojos cuando ven cuadros con rayas. Recuerdo el verano pasado, por poner un ejemplo, que yo me puse unos piratas azules a cuadros a los que les tengo mucho aprecio. Por otro lado, una camiseta que me regalo un colega, de rayas y colores azul marino y rojo.
Pues bien, quedo con unos amigos/as y paso yo a por una amiga. Ese día me puse ambas prendas, y no, no era consciente si quiera de haber conjuntado cuadros con rayas. Pero no pasaba nada, por que allí estaba una buena amiga, llamémosle Marga, para recordármelo. Lo primero, cuando entro al coche me miro con cara de sorprendida... yo evidentemente comencé a preocuparme ipso facto.
-Que ocurre? Te has dejado algo? Habla chiquilla, di algo!!
-No me lo puedo creer, tío!! Donde vas así?.
En ese momento comienzo a mirarme de arriba a abajo, buscando una respuesta a la preocupación de Marga.
"Yo flipo contigo" Juraba Marga mientras yo le miraba como un alumno que no se esta enterando de nada.
-Vamos a ver, no puedes llevar cuadros... y rayaaaaaaas!! Es anti-todo!! Vete a tu casa a cambiarte ya!!
Su reacción fue desmesurada incluso para quien no tolera ver cuadros con rayas y por supuesto, teniendo en cuenta que a mi no me molestaba, no fui a cambiarme, pero eso no era todo lo que me esperaba.
Total que llegamos al pub donde estaban todos, serian sobre las seis y había un buen atardecer, se estaba bien en la calle y me encontraba bien, y comenzaron los saludos, comentarios y temas de conversación, que pronto se verían reducidos a mi vestuario.
A Marga no le parecía bien que fuera por ahí ignorando que llevaba algo que no estaba bien visto, sin embargo me desesperaba que no ampliara su perspectiva hasta mi posición, en la cual me encuentro yo cara a cara con la indiferencia de cualquier crítica que no sea constructiva. Me desesperaba el orden de prioridades de sus relevancias y que no fuera capaz de darse cuenta de algo tan sencillo, como que a mi me da igual si no se lleva, si se considera feo o si puede servir de pretexto para etiquetarme, la cuestión y lo que importa de todo esto es que a mi no me supone ningún sacrificio ir así si me gusta, sin embargo debo sufrir las reticencias de la gente, que paradójicamente, hacen lo que hacen mirando por mi. Y si esto no lo llevo bien, se convierte en un sacrificio innecesario, que muchas veces nos llevan a cesar en nuestras convicciones.
Así pues, por esto llevo cuadros con rayas, por que entre otras cosas considero que si no soy yo, no soy nadie.
